Parashá Vayerá

Trabajando con la Energía de la Parashá Vayerá

Vayera

La energía de la Parashá Vayerá —[translate:וַיֵּרָא] (y fue visible, y apareció)— se centra en la manifestación de la Presencia Divina y la visión interior. En ella, el Eterno se revela a Abraham tres días después de su circuncisión, enviándole tres mensajeros celestiales. Esta porción nos enseña a ver lo divino en lo humano, a abrir los ojos del corazón y a actuar desde una conciencia de servicio y compasión.

La raíz de [translate:vayerá] es [translate:ra’áh] (ver). En el lenguaje de la Torá, “ver” no es solo mirar, sino comprender y reconocer la presencia de lo sagrado en la realidad cotidiana.

Lo que se debe trabajar esta semana

  1. Visión espiritual y hospitalidad

Abraham corre a recibir a los tres visitantes, aun con dolor. Su ejemplo inspira a abrir el corazón incluso cuando el cuerpo o el ego prefieren descansar. Esta semana, reflexiona: ¿cómo puedes practicar hospitalidad interior y exterior? ¿Qué gestos de bondad permiten que la Luz se revele en tus encuentros?

  1. Intercesión y compasión

Abraham intercede por Sodoma y Gomorra, rogando incluso por diez justos. Esta escena enseña la validez del diálogo con el cielo, la fuerza de la súplica y el valor de no cerrarse ante la oscuridad. Trabaja el poder de la misericordia, incluso cuando el juicio parece inevitable.

  1. Fe frente a lo imposible

Sara se ríe al oír que tendrá un hijo. Su risa simboliza la incredulidad natural del ser humano ante lo milagroso. Esta semana, observa en qué áreas de tu vida necesitas reírte con fe y no con duda. Cada promesa divina requiere apertura para que lo imposible pueda manifestarse.

  1. La prueba de Abraham

El clímax de la parashá llega con la Akedat Yitzhak —el sacrificio de Isaac—. Allí, Abraham enfrenta la paradoja máxima: ofrecer lo más amado. Más allá del acto literal, este relato nos invita a entregar al Creador todo apego mental o emocional que limite nuestra confianza. La verdadera fe no destruye, sino que transforma el corazón.

Ejercicio espiritual sugerido

Durante esta semana, dedica unos minutos a practicar la visión espiritual consciente.
Elige una situación cotidiana —una conversación, una tarea, una emoción— y busca en ella una chispa divina. Pregúntate: ¿Qué me está mostrando el Eterno aquí? ¿Cómo puedo responder desde amor, fe y claridad interior?

Visualiza una luz que se revela ante ti, como en [translate:vayerá] —“y fue visible”—, recordándote que toda revelación llega cuando el alma está dispuesta a ver.

“Y se apareció el Eterno a Abraham… y alzó sus ojos, y vio, y he aquí tres hombres estaban parados frente a él.” (Bereshit 18:1-2)

La Parashá Vayerá nos enseña que ver a Dios es ver con el corazón. Allí donde hay apertura, compasión y entrega, el rostro divino se manifiesta. Esta semana, entrena tu mirada interior para descubrir al Eterno en los rostros humanos, en los desafíos y en los silencios de tu camino.